Joaquín Romualdo de Pablo y Antón,
"Chapalangarra"
Joaquín Romualdo de Pablo y Antón nació en Lodosa (Navarra) el 26 de
julio de 1784. Era un joven normal, labrador, como cualquier otro de la
Ribera del Ebro, o de la España que iniciaba el siglo XIX.
En 1808, las tropas de Napoleón Bonaparte inician la conquista de
España. Ese mismo año, Javier Mina, conocido como "Mina el Joven" o "El
Estudiante", reúne un grupo de guerrilleros al que denomina Corso
Terrestre de Navarra, junto con su tío Francisco Espoz. En 1809,
Joaquín Romualdo de Pablo y Antón, al que todos llamaban
"Chapalangarra", se alista a la guerrilla navarra, demostrando gran
valor y dotes de mando, por lo que Espoz y Mina , en 1812, le hace
formar el 6º batallón de la División de Navarra y 1º de Aragón. En 1813
es ascendido a coronel.
Finalizada la Guerra de Independencia, se traslada a Bilbao como
agregado del Regimiento de Infantería de España. Apoya el Levantamiento
de Riego y vuelve a la guerra en defensa de las ideas liberales. La
invasión napoleónica dejó en España el veneno de la división entre los
españoles, con la aprobación de la Constitución de 1812 en pleno estado
de guerra, que dura hasta nuestros días. Se lo debemos a nuestros
"aliados" británicos que luego fueron los principales beneficiados de
nuestras pérdidas en América. Lindezas de Wellington, como bombardear
una fábrica textil en Béjar por el simple hecho de ser la principal
competencia de la suya en Inglaterra.
En 1823 es nombrado gobernador militar en Alicante hasta que tiene que
huir a Gibraltar y, posteriormente, a Inglaterra, cuando regresa
Fernando VII con los Cien mil Hijos de San Luís. En el Peñón coincide
con el poeta romántico José de Espronceda, que se convertiría en un
ferviente seguidor de las ideas políticas de "Chapalangarra",
aconpañándole en su exilio por Inglaterra y Francia. En 1830, el de
Lodosa, con otros generales como Espoz y Mina y Eraso, tratan de cruzar
los Pirineos por Valcarlos para acabar con el régimen de Fernando VII.
Y allí, en el intento, perdía la vida el famoso guerrillero, y después
general, "Chapalangarra".
Es curioso cómo aquellos españoles que habían luchado juntos contra el
invasor comenzaron a matarse unos a otros por tener distintas
concepciones de la organización del Estado.
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